- Cabalgando en el corcel
de la vida voy dejando atrás
la vejez
que otros cogen.
- Mi piel sigue tan lisa
como el lamento,
de un niño
esperando crecer.
- El cuerpo que habito,
sigue alimentándose
en este mundo insólito,
lleno de cristales
que cortan mis pies
desnudos,
al buscar un futuro
diferente.
- Mi alma eterna
sigue hambrienta
por la sangre,
que la experiencia
otorga al corazón
escribiente.
- Por cada palabra
que la muerte
cobarde pone
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